Mary Shelley, la historia detrás de Frankenstein

Hoy es el cumpleaños de la autora inglesa, Mary Shelley, quien nació en Londres, el 30 de agosto de 1797. Aunque, murió hace ciento sesenta y siete años, su legado está presente por ser la autora de uno de los libros más sobresalientes del canon literario occidental: “Frankenstein” o “El moderno Prometeo”.

Cabe aclarar que el título hace referencia al doctor, Víctor Frankenstein (personaje que al igual que Prometeo, en la mitología dio el fuego a los hombres) quien le otorga vida una criatura, que erróneamente, la cultura pop ha tomado el nombre de su creador.

El denominado “ente” en realidad no tiene nombre y está lejos de ser el esperpento que conocemos gracias al cine, pues se trata de un personaje profundo; que sufre la soledad de ser el único en su especie, un ser formado por pedazos desmembrados, animado por un impulso eléctrico, sin belleza y abandonado por su propio creador, en quien busca a un padre. Un personaje que ante la crueldad y el rechazo del ser humano, se convierte, ahí y no antes, en un verdadero monstruo.

La simiente de esta novela nació una noche fría en la que el poeta Lord Byron propusó a su grupo de amigos, entre ellos Shelley, escribir un cuento de fantasmas. Así, entre el 16 y 19 de junio de 1816, en la Villa Diodati, en Ginebra, leyeron obras terroríficas de la literatura alemana. Estas obras servirían de inspiración y al mismo tiempo, como arquetipo del cual distanciarse, para hacer que la autora emprendiera el camino y pudiera contar esta historia.

Se sabe también que Mary Shelley y ese mismo grupo de intelectuales, leían por igual literatura que temas científicos, entre ellos, la teoría de Luigi Galvani, el padre de la neurofisiología, que sostenía que un cuerpo sin vida podría recuperar sus funciones si le aplicaban de manera adecuada una serie de descargas eléctricas. Así, bajo esa premisa, además de su instinto literario, fue como concibió Frankenstein o el moderno Prometeo.