
Lo que ningún MBA enseña: cómo ser líder para tu equipo… y para tus hijos
En un entorno corporativo donde la rotación laboral y la falta de compromiso interno siguen creciendo, surge una pregunta clave: ¿qué pasa cuando el liderazgo se olvida de casa? Gustavo Robles, experto en gestión de capital humano y embajador de Odyssey México, plantea una conexión directa entre el liderazgo empresarial y la paternidad consciente.
04 de agosto del 2025, Ciudad de México –Ante un entorno corporativo en donde la rotación laboral y la creciente falta de compromiso de los empresarios con su equipo de trabajo, surge una pregunta clave: ¿qué pasa cuando el liderazgo se olvida de casa? Hoy, las empresas invierten en tecnología, procesos y estrategias para retener talento, pero siguen perdiendo a sus mejores colaboradores porque olvidan lo esencial: la relación humana entre jefe y equipo.
De acuerdo con la AMBA (Association of MBAs) y QS TopMBA, cada año, más de 15,000 ejecutivos y mandos en México cursan un MBA para fortalecer su perfil técnico y estratégico, pero la mayoría de las fugas de talento no tiene que ver con números o procesos. Tener líderes técnicamente brillantes, pero emocionalmente ausentes, se ha convertido en una de las principales causas de ambientes laborales frágiles, climas de desconfianza y fuga de talento que ningún incentivo económico logra detener.
Para Gustavo Robles, Chief Commercial Officer de GAPE Business Group y fundador de Odyssey México (el primer bootcamp vivencial en el país que fortalece el vínculo entre padres e hijos varones mediante retos físicos y emocionales) la clave está en regresar a lo esencial: formar líderes sólidos desde la raíz. Gustavo tiene un objetivo claro para atendar dicha problemática: ayudar a los padres, muchos de ellos empresarios y ejecutivos, a reconectarse con sus hijos y a cultivar habilidades de liderazgo.
Para revertirlo, la solución no está en otro MBA ni en más manuales de procesos. Cada vez más líderes y consultores coinciden en que la clave es formar jefes emocionalmente preparados: personas capaces de escuchar, sostener y construir relaciones de confianza genuinas con su equipo. Un liderazgo sólido y consciente comienza fuera de la oficina: en casa, donde se aprende a guiar, contener y formar carácter. Lo que no se fortalece en la vida personal, inevitablemente se refleja y se paga en la cultura laboral.
El liderazgo organizacional es solo una extensión del liderazgo personal. Si no sabes guiar bien a tu familia, difícilmente sabrás sostener un equipo”, afirma Gustavo Robles.
La próxima generación de líderes debe entender que la empatía, la autogestión y la capacidad de sostener emocionalmente a otros no se aprenden solo en la oficina, sino en la vida diaria. Y ahí es donde se busca dejar huella: lograr que los padres poseen un espacio para reconectar, entrenar carácter y transmitir valores que, tarde o temprano, se reflejarán en la forma en que lideran dentro y fuera de la empresa.
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